domingo, 3 de septiembre de 2006

Los instrumentos de castigo

Autora: Ana K. Blanco

Queridos amigos:

Muchas veces en los grupos de spanking en Internet se hacen encuestas o preguntas acerca de la preferencia de los instrumentos usados por los spankos y cuáles son los preferidos tanto por el spanker como por la spankee.

Ante tal interrogante, la respuesta general y que gana ampliamente a los demás instrumento es:

*La mano: la deliciosa, tierna, firme, fuerte, e irremplazable mano. No hay ningún otro instrumento que se le pueda comparar. Como spankee puedo decir que el sentir el contacto de la mano con mi piel, sentir su calidez, su fortaleza, su versatilidad para tomar cualquier forma, recorrer cualquier rincón, explorar todos los sitios, comprobar temperatura y humedad, brindar la más disciplinaria de las nalgadas o las más dulce de las caricias. Es la mano la que prepara nuestras colitas, las pone al rojo vivo para que luego sean capaces de enfrentar el resto de los instrumentos. Sin duda la mano es la que me hace sentir las sensaciones más dicotómicas de todos los instrumentos y la que se lleva todos mis votos y mis aplausos.

Claro que no es el único instrumento que nuestros sacrificados spankers utilizan cuando quieren darle un descanso a esta sublime parte de su cuerpo, que no así a nuestros pobres traseros, seguramente ya al rojo vivo. Podríamos hacer diferentes clasificaciones dentro de los instrumentos: por su material, por la preferencia de los usuarios, por regiones, también podríamos hablar de tradicionales y de modernos. En fin, podríamos seguir y seguir con las divisiones pero mejor pasemos a hablar de los instrumentos en sí.

Seguramente va a haber muchísimos más instrumentos de los que yo nombre aquí, y sería fabuloso que ustedes comentaran todos mis olvidos (sin decirle nada a mi spanker por favor).

Si vamos a clasificar los instrumentos de acuerdo a su material, podríamos comenzar con el cuero y allí encontraríamos:

*Tawses: Este instrumento es de los llamados tradicionales. Una vez leí en alguna página que fue inventado en Escocia por algún padre que se ausentaba mucho de la casa y dejó a su esposa un tawse para que disciplinara a los niños si se portaban mal. El tawse se puede encontrar de una, dos, tres o cuatro lengüetas y con diferentes tamaños. Amiguitas spankees… creo que se debe sentir algo así como si nos azotaran con 2, 3, o 4 cintos a la vez. Nada simpático ¿verdad?

*Strap: Similar al tawse, pero de una sola pieza, con forma redondeada en la punta, Puede ser más o menos rígido, de diferentes tamaños, anchos y grosores.

*Cintos o cinturones: Este me cae un poco más simpático, no por el instrumento en sí, sino por todo el “ritual” que envuelve. Y voy a compartir con ustedes las diferentes actitudes que toma usualmente el spanker:
-Cuando me amenaza con quitarse el cinto si continúo con mi actitud (¡puaj! hasta me lo aprendí de memoria),
-Cuando sin decir palabra se lo quita, amenazándome incluso con la mirada
-Cuando se lo quita y lo deja apoyado en algún lugar visible, ya eso sirve de amenaza constante como “continúa así y verás”.
-Cuando estoy en posición de castigo, ya sea sobre el respaldar del sillón, apoyada en una silla, acostada boca abajo en la cama con unos cuantos almohadones bajo el vientre, o (mi favorito) sobre las rodillas del spanker en OTK y… oigo correr el cinto y pasar por las presillas del pantalón, sin ver nada… eso… wow!! ¡Ya me hace mojarme!

Así que el cinto es el que ocupa el segundo lugar en mi escala de preferencias de instrumentos.

*Látigos y martinets: No me gustan ninguno de los dos, y el spanker que los use debe extremar sus cuidados porque puede causar muchísimo daño, lacerar la piel y dejar marcas permanentes. Hay muchísima variedad, desde el conocido “gato de nueve colas”, pasando por el látigo de crin de caballo para las partes más íntimas y sensibles y terminando por el “nervio de toro”.

*Fustas: Las preferidas del Señor Diez. No soy quien para opinar sobre ellas ya que nunca las probé, pero creo que le deben de dar mucha precisión al spanker acerca del lugar que quiere azotar. ¿Es así Señor Diez? Y tienen la ventaja que el spanker viajero las encuentra hasta retractiles para que quepan en cualquier lugarcito de su equipaje. ¡Spankees del mundo… comencemos a temblar!

*Paddles: Los pondré aquí porque además de haber en madera, también existen en cuero. Son lo más parecido a una paleta de ping-pong aunque también los hay en diferentes tamaños conservando una forma similar a la susodicha paleta. ¡Auchis!

Seguramente haya más instrumentos en cuero, pero estos son los que yo recuerdo.

Pasemos ahora a otro noble material: la madera. Un material nada flexible, duro, que hace sentir una intensa picazón en la piel y deja huellas por varias horas, y también ganitas de portarse mejor por el mismo tiempo, o menos, que duran las huellas.

*Paddles: Similares a los de cuero, sólo que más rígidos evidentemente.

*Cepillos: Los más usados y tradicionales son los que utilizamos para peinarnos. Generalmente son de madera, pero también los hay de plástico. A mí me dan más morbillo los de madera… eso de que la azoten a una con su propio cepillo, y que encima se lo tenga que entregar en mano propia al spanker… las spankees me comprenden ¿verdad?

*Reglas: Las preferidas de los maestros para descargarlas en las nalguitas de las alumnas traviesas, o en sus manos, o en las plantas de los pies. Más largas o cortas, más o menos gruesas, de maderas más nobles o más comunes, en fin… toda una enorme variedad a gusto del spanker y seguramente contra gusto de la spankee. ¿O no?

*Varas o Canes: Definitivamente las más detestables (por mi parte). No me gustan y no me convencerán para que me gusten. Serán muy sexies y bellas las marcas que dejan en la colita, pero… ¡duele mucho!
Las hay flexibles y largas que abarcan las dos nalgas con un solo azote o un poco más rígidas. Pero siempre dejando esas marcas inconfundibles.
Las ventajas de las varas es que se encuentran con más facilidad, sobre todo cuando nuestro dulce spanker nos invita a dar un paseo por el bosque y nosotras muy confiadas salimos y a veces, ingenuamente, nos ponemos a recoger las varitas que encontramos pensando que nuestro hombre hará un fueguito para calentarnos. Sí nos calentará y nos parecerá fuego, pero no arderá ni una varita. Lo que arderá serán nuestras incautas nalgas.
También hay spankers prevenidos que siempre van a todos sitios munidos de una pequeña navaja con estos fines terribles e inconfesables. Así que quedamos todas prevenidas: cuando nos inviten a un paseo por el bosque… dudemos de sus “buenas intenciones” de salir a dar un inocente paseo.

Ahora iremos a los instrumentos de diferentes materiales y texturas. Acompáñenme en este paseo y agreguen en sus comentarios los que me faltaron.

*Birch: Creo que así se llama al conjunto de ramitas o varas del que hablábamos recién. Bueno, “birch” en inglés es abedul. Así que estamos hablando de las famosas ramas de abedul. Para el spanker tiene más valor si la propia spankee las junta y las une en un “bello” ramillete atado por la misma con su cinta de pelo. ¡Un primor! (para ellos por supuesto).

*Ortigas: Aayyyyssssssssss! Estas sí que pican, dejan un intenso ardor y tardan muchísimo en irse las consecuencias. Cuidado con las pieles delicadas. Son algo nada agradable. La naturaleza no nos favoreció cuando creó las ortigas.

*Zapatilla: Depende del país puede tener diferentes formas. Sí, todas son calzado, pero por ejemplo en la Argentina se le llama zapatilla a lo que en Uruguay llamamos “champión” y en otros lados zapato deportivo. Pero creo que en el spanking cuando nombramos la zapatilla nos referimos al calzado que usa el ama de casa, que usa la mamá para estar cómoda mientras realiza la tarea del hogar. Tiene la ventaja de que se puede descalzar fácilmente y también es muy manuable para tomarla de la parte del talón y amenazar al o a la traviesa de turno.
Dependiendo del tipo de goma que se usó en su fabricación, puede ser más o menos dolorosa y esta sí que tiene efecto de varios días en nuestro inocente trasero. (Snif, snif, snifffff…). A los spankers: puede arrancar promesas inmediatas de portarse bien, no volver a hacerlo más, ser una buena niña (o niño), cumplir con todo lo prometido y más.

*Tape Tapis o sacude alfombras: Es de mimbre y puede tener diferentes tamaños. No se consigue en todos lados y es algo que, dado su complejidad para obtenerlo, no se utiliza tanto.

*Matamoscas: Típico instrumento del Río de la Plata. Es de plástico flexible y su contacto con nuestra piel hace que sintamos como que una “manada” de mosquitos nos picara todos juntos. ¡No me simpatiza para nada! Estoy de acuerdo con las moscas: ¡no deberían existir! Sí, ya sé que a las spankees no nos mata, pero… ¡duele!

Y he dejado para el final algo que quizás no se considere un “instrumento” de castigo, pero lo es:

*El rincón: Hay spankees que adoran este “instrumento”, pero creo que son las menos. Hay un artículo de la Bruja Mestiza en este mismo blog donde defiende su posición, pero… no me convenció. No me gusta el rincón, creo que es una pérdida de tiempo y sí un real castigo para mí. En el único momento en que me cae simpático el rincón, es cuando mi colita está muy castigada y necesita un descanso. También cuando, de cara a la pared, puedo oír al spanker arreglar algunas cositas para el castigo que vendrá. Eso puede ser muy excitante o… muy aterrador.

Y por último quiero mencionar los instrumentos regionales, comenzando por el cono sur que tiene como instrumento más típico el

*Rebenque: Sabrán de lo que hablamos nuestros queridos gauchos spankers de Argentina, Uruguay, sur de Brasil y posiblemente Chile. Ellos (y todos los gauchos) los utilizan para azotar a los caballos y al tener un gran tamaño, les aseguro que impresionan. Y deben de doler también, porque los caballos responden inmediatamente al llamado de este instrumento. Estoy segura que las spankees también responderíamos cuando nos azotaran con algo así. (Doble ¡auch!).


Los invito a que cada uno cuente cuál es su instrumento favorito, tanto spankers como spankees y si en su país tienen algún instrumento típico de castigo como aquí el rebenque, por ejemplo.

Gracias por leerme y gracias a mi spanker por perdonarme los errores que pude haber cometido (eso se llama diplomacia, aunque lamentablemente para mí… rara vez resulta). Y también a la gente del blog por publicar este artículo. ¡Saludos!

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Particularmente coincido contigo en mis preferencias. Nada como la mano para empezar. Pero el papel protagonista de mis fantasías se lo lleva siempre el cinturón. No sé explicarme el cariño que le tengo a ese instrumento ¡?.

Antes de enriquecer mi imaginación con la revelación de experiencias ajenas nunca había contemplado el cepillo como útil correctivo. Fue a raíz de lecturas y visión de imágenes que descubrí su uso, su condición doméstica me ha llevado a sumarlo a mi lista de preferidos (será porque nos conocemos poco él y yo). Eso sí, siempre de madera: único toque sibarita en mis ensoñaciones.

De los demás pues... ¡la fusta mira que suena mal!. Hombre, no se le puede negar la estética, instrumento elegante donde los haya arrastra quizá una pincelada elitista ¿no? :P

Besos

Anónimo dijo...

Pues en mis fantasías el tema va creciendo, comenzar con la mano para que luego aparezca una raqueta de tenis de mesa o un cepillo y ¿por qué no una zapatilla? continuando con el cinturón, luego con una fusta o vara y todo esto con mucha regañina. Pero creo que si esto llega alguna vez a ser real ¿saldré corriendo cuando me enseñen cualquier otra cosa que no sea la mano?¿hasta donde sería capaz de aguantar?
H

Anónimo dijo...

El artículo es muy bueno y sobre todo muy ilustrativo... aunque en este caso, para dar mi opinión tendré que hacerlo de "oidas".
Para las que nos estamos adentrando recientemente en este mundo hasta ahora tan desconocido, creo que hay que distinguir por un lado el lugar que ocupa todo esto en nuestras fantasías, como bien dice h. Una cosa es imaginar, que es algo que no duele y donde manejamos la situación como y hasta donde deseamos. Ahí podemos permitirnos y más de una creo que lo hacemos, fantasear con diversos objetos, todos ellos incluídos en el artículo de Ana K. Quien más y quien menos ha imaginado alguna vez el sonido de una cane al cortar el aire y al spanker tomando la distancia justa acercandola a nuestro ya enrojecido culete antes de descargar un golpe sobre éste. Pero como he dicho, imaginar no duele. Otra cosa es que alguien se nos acercase con una en realidad, no se yo cuantas de nosotras aguantariamos quietecitas y sin rechistar.
Otra cosa distinta es cuando te planteas llevar todo esto a la realidad, en ese caso empiezas a pensar que estarias dispuesta a hacer y que no harias bajo ningún concepto, todo ello, normalmente influenciado por el efecto que pensamos que puede producir sentir un determinado objeto sobre nosotras, porque por experiencia no es... En ese caso, creo que tener un buen compañero que te comprenda en ese momento y que esté atento a tus más mínimas reacciones es imprescindible. Una mala primera experiencia, sin duda puede ser la única que tengas en tu vida, además de maldecir en arameo al desatinado compañero. Esto último creo que es más posible cuando una se inicia con inexpertos, ya sé que todos tienen que tener una primera vez para llegar a ser "Gran Maestre" en el delicado arte del spank, pero que practiquen con una es algo muy delicado.
Llegado entonces a una situación real, creo que tengo bastante claro que la mano es para mí el intrumento ideal, por todo lo que ya habeis comentado. Única para transmitir todo un abanico de sensaciones, de dar la más rígida nalgada y la más sublime caricia... y después, si hubiera conseguido una buena sintonía y confianza con mi spanker, creo que no me negaría a probar la fusta, como instrumento casi iconográfico en el spank y solo si para mi spanker fuera realmente importante hacerlo. Tampoco me negaría a probar el cinturón, pero ambos implementos utilizados en series cortas y conocidas a fin de "familiarizarme" con ellos y decidir la conveniencia o no de incorporarlos a otras sesiones. Del resto de instrumentos, si pienso en algo real ni se me pasa por la cabeza probarlos ... como decía un amigo mío acerca de la penetración anal "no vaya a ser que me guste".

Anónimo dijo...

ayyy Ana Karen me fascinó toda la descripción con dibus incluidos: pregunto ¿¿ me das permiso para hacersela llegar a mis amistades del mundillo D/s Am@s sumis y más ?... pasa que poco a poco han ido aprendiendo del gustito que se siente por esto del spanking jijiji bueno y yo saco dividendos agradables de su culturalización jijiji Además te felicito de lo mucho que has aprendido TU en tan breve tiempo. Una ovación de pie ;) para ti. Rosario

De Josefa dijo...

Por muchas razones la mano en primer lugar. Sabes que al que pega también le duele y compruebas que le gusta tanto pegarte que por ello tolera el dolor. Muy importante. Y es piel contra la piel como en el abrazo sexual.

Otro voto para la fusta. Es cierto que es elegante, y sirve para dirigir además de azotar.

Anónimo dijo...

Tu artículo me ha hecho vibrar, Ana. Felicidades. Cuando describes la sensación de estar sobre las rodillas del spanker con tu culito expuesto y oír que se saca el cinto y te mojas toda... ¡Hmmm! A mí me sucedería exactamente lo mismo. Te envidio, esa es la verdad. A mí me pasa un poco como a Selene, cuyo comentario es muy sensato. Explico mi caso: yo he fantaseado mucho en soledad y me he azotado con mano, regla, zapatilla y alguna vez con cinturón, aunque no me di muy fuerte por temor a dejar marca. Nunca lo he hecho con nadie. Un poco por miedo y otro poco por vergüenza. Ya lo dice Selene: una cosa es fantasear y otra la sensación física real.

A mi pareja le conté mis fantasías sobre los azotes y estuvimos un tiempo jugando, aunque sin llegar a realizar las fantasías que a mí más me ponen. Lo cierto es que ella no quiso seguir por ese camino. Decisión que yo respeto, como ella la mía. He hablado con ella y le he pedido que me permita buscar a alguien con quien experimentar, porque no me quiero pasar la vida fantaseando y dándole vueltas la tema en la cabeza. Así que por eso me he animado a escribir, un poquito asustado, eso sí.

Me he puesto el nombre de Amante Lesbiano, como la novela de José Luis Sampedro. Así es como yo siento y amo, de forma lesbiana, o quizá sería más correcto decir femenina. Me gustan las mujeres y puedo amarlas como hombre (soy un hombre), pero prefiero que nos amemos como mujeres. Y por supuesto, comprendo que quien no haya sentido jamás esto que cuento, probablemente no lo entienda, o lo juzgue un tanto raro. En la novela de Sampedro se explica que una cosa es el sexo y otra el género. El protagonista, como yo, es de sexo masculino, pero de género femenino. En fin...

De todas formas no estoy buscando sexo, sino alguien que se encuentre en mi misma situación o más avanzado en el camino y que quiera iniciarme (muy suavente, por favor). Por descontado, primero habría que conocerse, tomar un café, esas cosas, ¿no? Yo soy delgado, alto, guapete, tengo un buen culo y unas caderas bastante femeninas y, bueno, soy simpático, abierto y transparente. ¿Qué decir de uno, verdad? Pero no soy para nada afeminado ni locaza. Todo lo contrario: si bien soy divertido, también soy muy discreto. ¡Ah!, mi edad: 36 añitos gloriosos.

En mis fantasías soy siempre spankee (oséase, azotada), pero también me gustaría probar a azotar yo. Creo que lo haría bien. Me lo he hecho tanto a mí mismo que sé lo que se siente y cómo.

Bueno, lanzo mi botella a la red con la esperanza de que alguien responda a mi llamada.

Muchos besitos y azotes para tod@s.

Mi mail: amante_lesbiano@hotmail.com

Anónimo dijo...

Nunca había visto una declaración tan valiente como la de amantelesbiano. Yo, que he leído el libro de Jose Luis Sampedro, completamente impresionada por el enfoque que le da el autor a esa forma de amar tan particular del protagonista y a sus instintos y fantasías, me ha impresionado también este post en el blog tan abierto y tan sincero. Ojalá tengas suerte en tu búsqueda, porque pasar de la fantasía a la realidad es un paso realmente valiente y muy importante y si te sintieras defraudado sería realmente una lástima. Saludos amantelesbiano.

Anónimo dijo...

Antes que nada, un cálido agradecimiento a todos por sus comentarios, y un gracias especial a Fer por las fotos y dibujos que le colocó.
Rams, por mi parte no hay inconveniente que cuelgues el artículo donde gustes, pero habla con Fer primero, sí?
Amante Lesbiano, mis felicitaciones por tu confesión, por ser tan sincero y espontáneo. Si me permites una sugerencia, te diría que te anotes en los grupos de azotes y que hagas allí tu exposición y pedido. Seguramente tengas más respuestas que aquí!
Saludos!!

Ana K.

Anónimo dijo...

Interesante bloque, particularmente me gusta que me azoten muy duro, prefiero que mi spanker esté muy molesto para poder disfrutar de esos rikos azotes. Siempre prefiero que use sus manos aunque a veces él prefiere utilizar su propio cinturón, pues ya me conoce lo traviesa que soy.. un saludo a todos ustedes...

MasterDani dijo...

hola pues yo soy un spanker de costa rica y me gustaría conocer spankees de otros países pero en especial de mi país costa rica me encanta usar la mano y el cinturón.. Mi mail es omegaweapon1919@hotmail.com sólo spankees o mujeres spankers

Anónimo dijo...

Sin duda la zapatilla,me encánta. Si alguna me la qiere dar a probar. Soy de cadiz y este es mi correo. pedrog666@yahoo.com por si alguna se anima y me azota

Anónimo dijo...

Yo tambien prefiero que me empiecen a calentar con la mano para despues darle su turno al cinturon, no se porque me encanta este instrumento. Como relata la autora me gusta que en el momento menos esperado se desabrocha el cinturon, ya sea para advertirme lo que pasara si sigo con esa actitid o bien, para empezar a azotarme.

Raul 79 dijo...

Hola a tod@s:

Por mi parte decir que el que recibe en casa soy yo. Preferido no tengo ninguno, la verdad, pero a mi chica empieza con la mano y acaba con la zapatilla, que es su preferida, aunque tambien me he llevado algun reglazo en el trasero y en la mano, pero me gustaria hablar en este caso de la zapatilla.

En mi caso han sido varios tipos los que he probado. Por ejemplo, mi madre usaba la mitica de suela de goma amarilla, la alpargata de suela de esparto, y tambien recuerdo haber probado una chancla con la suela de goma de aquellas de andar por la piscina que era azules con una tira para sujetarse al pie de color blanco y azul.

Mi pareja ha utilizado desde la mitica de madre de suela de goma de andar por casa con cuña, la alpargata, unas sandalias de cuero con la suela finita pero que pica de lo lindo, y tambien ha utilizado el típico zueco de enfermera con suela de goma (este le chifla especialmente) y para algun castigo más duro una terrorifica sandalia con suela de madera para castigos más severos, y la verdad que es muy efectiva, lo prometo (dr. scholls se llama).

Creo que es el implemento que más a "mano" está, y a la vez, unos buenos zapatillazos bien propinados (y tanto mi madre como mi pareja os aseguro que son muy buenas) te dejan suave para unos dias.

¿Cuales habeis probado vosotros sobre vuestro trasero?
¿Cual preferis utilizar vosotras para castigar?

Saludos para tod@s

Raul 79 dijo...

Hola a tod@s:

Por mi parte decir que el que recibo en casa soy yo. Preferido no tengo ninguno, la verdad, pero a mi chica utiliza la mano y la zapatilla, que es su preferida, aunque tambien me he llevado algun reglazo en el trasero y en la mano, pero me gustaria hablar en este caso de la zapatilla.

En mi caso han sido varios tipos los que he probado. Por ejemplo, mi madre usaba la mitica de suela de goma amarilla, la alpargata de suela de esparto, y tambien recuerdo haber probado una chancla con la suela de goma de aquellas de andar por la piscina que era azul con una tira para sujetarse al pie de color blanco y azul.

Mi pareja ha utilizado desde la mitica de madre de suela de goma de andar por casa, aunque tambien ha utilizado el típico zueco de enfermera con suela de goma y para algun castigo más duro una terrorifica sandalia con suela de madera para castigos más severos, y la verdad que es muy efectiva, lo prometo (dr. scholls se llama).

Creo que es el implemento que más a "mano" está, y a la vez, unos buenos zapatillazos bien propinados (y tanto mi madre como mi pareja os aseguro que son muy buenas) te dejan suave para unos dias.

¿Cuales habeis probado vosotros sobre vuestro trasero?
¿Cual preferis utilizar vosotras para castigar?

Saludos para tod@s

Anónimo dijo...

Estoy loco por recibir nalgadas pero me gustaria que fueran con una ojota!!!!!!!!

Anónimo dijo...

Yo personalmente creo que todos los que os prestáis a que alguien os haga esa barbaridad sois unos enfermos mentales, que deberíais estar en un psiquiátrico bajo tratamiento.
Y quienes os gusta hacerle algo así a otro ser humano, sois despreciables, peligrosos y unas alimañas, que merecéis lo peor de lo peor, por ejemplo encerrados de por vida en una celda y tirar la llave al mar.

Anónimo dijo...

Yo personalmente creo que todos los que os prestáis a que alguien os haga esa barbaridad sois unos enfermos mentales, que deberíais estar en un psiquiátrico bajo tratamiento.
Y quienes os gusta hacerle algo así a otro ser humano, sois despreciables, peligrosos y unas alimañas, que merecéis lo peor de lo peor, por ejemplo encerrados de por vida en una celda y tirar la llave al mar.

amigospanko dijo...

Muchas gracias por tu visita. Tus juicios son muy duros. Sin embargo que leas este blog denota un cierto interés por todo lo que aquí se debate, tal vez leyéndote más artículos y comentarios y viendo que la gente que está aquí no es ni más ni menos enferma mental que el resto de población, cambies esos juicios tan poco empáticos.
Muchas suerte!