sábado, 23 de agosto de 2008

Que dos lo sepan, bien – tres son multitud

Autor: Fer


Por problemas técnicos este artículo se ha tenido que publicar nuevamente.


Muchas veces la práctica de los azotes eróticos consentidos entre adultos requiere clandestinidad y sigilo.


Diversos y, a veces, no tan obvios son en ocasiones los motivos que llevan a la discreción y el tapujo. El más corriente es la no sincronización con la pareja habitual, en algunos casos una persona querida, madre o padre de nuestros hijos, en términos de fantasía. Otras veces se trata del entorno social, laboral o familiar. Ya sabemos que la práctica del spanking no siempre es contemplada con buenos ojos, no solo por las mentes retrógradas y carpetovetónicas de siempre sino también por mentalidades progresistas que ven en nuestro deporte no olímpico favorito resquicios de machismo.


Sin embargo como dice el viejo refrán castellano, a veces hay que “hacer de necesidad virtud” y ver en este ocultismo grandes ventajas. Yo iría más allá y sugeriría el aprender a amar esta intimidad que confiere el secreto compartido. Sin duda alguna todo el disimulo que requiere la práctica clandestina de los azotes eróticos puede llegar a ser pesado, pero también puede conferir un grado inusitado de intimidad a la relación entre spankee y spanker. Ese ambiente es propicio para que se genere confianza, amistad y camaradería. A su vez este compañerismo spankeril muchas veces va acompañado de grandes virtudes como son la franqueza y la lealtad.


Piensa que en más de una ocasión el carácter público de una relación con componentes sexuales y sentimentales, los azotes pueden incurrir en ambos campos, expone la relación al manoseo y opinática – no siempre bien intencionado - de terceras personas. Esto no siempre es lo más agradable para las víctimas de los inevitables dimes y diretes.


¿Qué tienen de malo los hoteles discretos? ¿Los restaurantes a los que nunca iríamos de otra forma? ¿Los viajes en que ambos embarcamos por separado pero, oh coincidencia, los asientos en la cabina del avión son consecutivos? ¿Acaso son malos los sms que solo nosotros leemos? ¿Nuestra cuenta de chicos/as malos/as en Hotmail, Yahoo o Gmail? A lo mejor con todo eso se nos pone sonrisa de Gioconda o cara de gato que ha robado discretamente comida.


¿Es malo que tu jefe no sepa que te gustan los azotes? ¿Por qué tu cuñada tiene que conocer tu afición al OTK? ¿Tu novio tiene que saberlo todo de tu vida? ¿Por qué tu mujer ha de opinar sobre todos los aspectos de tus actividades, gustos, opciones?


El secreto no tiene por qué ser un pozo de sufrimiento vergonzante y sórdido, todo lo contrario, puede ser una gran ventaja para preservar la relación en un grado de pureza e inocencia primigenio.

Por lo tanto, si no hay más remedio e incluso de manera intencionada, te invito a que te adentres en el mundo del secreto compartido entre dos y goces de sus encantos y su magia. Tal vez encuentres una gran recompensa en las virtudes del silencio.


¡Disfruta de las mieles de la privacidad!


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Comments:
Qué andarás haciendo que necesitas secretitos...
Uyyyyy querido Fer... no sabes cuánto coincido contigo.
Hubo un tiempo en que pensaba "Si lo sabe Dios ¡Que lo sepa el mundo!" jaa!... y en un principio me sentí bien porque lo conté a una hermana adorada a la cual... en aquel momento le importó un rábano... y hoy día le sigue importando un rábano... y la adoro por eso... Sin embargo... lo conté a una intimísima amiga que en un principio destapó SUS fantasías... las compartimos y en fin... que fue muy divertido... pero que cuando se deshizo de sus fantasías... fue indiscreta con las mías y eso me cayó gordíiismo! Al tercero que se lo conté fue a un amigo gay... al cual considero openminded... el cual también me contó sus fantasías pero... al rato... él hacía bromas frente a todos... frecuentemente... sobre mi gusto jum!... así que tuve que decirle "ya párale a las bromitas o me voy a arrepentir de haber confiado en tí"
Esas experiencias mi Fer me hicieron concluir lo que expresas en tu artículo.
No sé si me encanta la clandestinidad... pero en secretito es... desde luego... el lugar en el que me siento más cómoda... y lo que sí disfruto muchísimo... es la complicidad compartida... es saber que... esto tan travieso que tú y yo hacemos... nadie a nuestro alrededor ¡Lo sospecha siquiera! Eso me divierte un montón.
Nota: ¿Carpetovénticas??... ¡Qué 'ño es eso! jjajjaaa!! Me costó trabajo leerlea y me costó trabajo escribirla :p

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Muchas gracias, tane y gavi por vuestros comentarios, es cierto que - adaptando el dicho - un spanker es dueño de sus silencios y prisionero de sus palabras.
¡Besos secretos para ambas!
Como veréis he tenido que publicar nuevamente el artículo por unos problemillas técnicos, pero he conservado vuestros comentarios.

Anónimo dijo...

Completamente de acuerdo en tu brillante articulo.

En refererencia al comentado en otras ocasiones "salir del armario spanko", yo creo que una cosa es proclamar si lo deseas tu orientación sexual y no ocultarla , viviendo en consecuencia con ella libremente, y otra muy distinta, y este es el caso, hablar de tus gustos íntimos éroticos o sexuales que pertenecen a tu más estricta intimidad. El termino "salir del armario" no creo que tenga sentido en el spanking. Todo el mundo tiene fantasias eroticas y nadie se las cuenta a todo el mundo.El mantenerlas en tu entorno más intimo es algo natural y en mi caso creo que necesario. Hay gente que por su profesión, entorno familiar , etc... y simplemente por su propio deseo de mantener su mundo intimo para si mismo , no desea que se conozcan sus aficciones eroticas. Además en nuestro caso, como bien decís, podrian no ser entendidas o utilizadas malevolamente para hacernos daño en nuestra vida
Se, y que quede claro siendo importante todo el mundo, hay entre nosotros gente destacada en sus profesiones, gente con responsabilidades, que no sería conveniente que se aireasen sus gustos , pudiéndoles perjudicar, aún sin que haya motivo para ello ya que no hacemos anda malo. Y sobre todo, aunque las divulgación de esos gustos no tengan repercusión, y la mayoría de la gente pensase que eso no es asunto suyo, uno mismo , al menos yo, se sentiría como "violado" si todo el mundo supiese algo que pertenece a mi intimidad más absoluta.

Pit

Anónimo dijo...

No coincido del todo con la escencia del artículo, porque me parece que se están confundiendo 2 aspectos diferentes.
1: la privacía e intimidad de lo que hace una pareja en su vida de relación.
2: la privacía o no de nuestros gustos y prácticas.

En el punto uno, cada pareja sabe si quiere o no quiere que se conozcan detalles de su relación, sabe hasta que punto los pueden dañar o no, sabe si es conveniente o no que se sepan sus juegos y tendencias.
En el punto dos, cada individuo adulto toma decisiones de como vivir su sexualidad (cualquiera sea) y una vez asumidas no tiene porque ocultarse aunque tampoco tiene porque declamarlo a los cuatro vientos. Es decisión personal.

En mi caso hace muchos años tomé la decisión de no ocultarme. Si amigos, conocidos, familiares se enteran de mis gustos, ni los niego ni me oculto ... a partir de que se enteran pasa a ser SU problema, allá ellos con sus tabúes y vergüenzas. Estoy suficientemente seguro de mí como para ocultarme o sentirme avergonzado y además, seguro de que no tengo de qué avergonzarme, porque no considero mis gustos avergonzantes, así como los vainillas no consideran avergonzantes los suyos.
Ser Vainilla, Spanko, Bdsmero, Fetichista, Travesti, Homosexual, Pansexual o Heterosexual es una elección personal (tenga que ver la genética o no) y no hay nada de que avergonzarse. Vergüenza es ser delincuente ...
Empecemos por aceptarnos para que la sociedad nos acepte.
Es mi opinión

Sir Williams

Anónimo dijo...

Es tu opinión personal, muy respetable y que por cierto corresponde a un hombre muy valiente.
Sin embargo, yo no considero equivalente el hecho de ser heteroxesual, homosexual , o bixexual, al de ser spanko, fetichista, amante de los píes... o cualquier otra respetable aficción erótica.Lo primero es una orientación sexual de género que lleva implicita habitualmente una forma de vida. Lo segundo considero que es un gusto erótico particular, y en mi caso, y observo que en el caso de muchos de nosotros, algo que queremos mantener en la intimidad No nos avergonzamos de ello, en absoluto, simplemente considerámos que es algo íntimo y por lo tanto solo compartido por quienes queremos . Un abrazo. Pit

Anónimo dijo...

Muchas gracias Sir Williams y Pit por vuestros comentarios y por ayudar a profundizar en el tema.
Yo creo que se trata de opciones personales, no solo respeto sino que admiro la posición de Sir Williams de valentía y abrir la senda para otros que vienen detrás, sin embargo, insisto, se trata de opciones personales. Yo no pienso admitir en mi vida corriente mi gusto por los azotes, es una opción, y una vez tomada trato de disfrutar de la misma, encontrarle lo positivo.
Respecto a la pareja, en mi caso soy una persona hiperpudorosa con los sentimientos, por lo tanto tiendo al sigilo más absoluto.

Anónimo dijo...

Estimados Fer y Pit,

No me habré explicado bien o no se me entendió.
Se trate de la orientación sexual o se trate de las prácticas eróticas, difundirlo o no es una cuestión, elección y decisión personal. Difundir o no nuestras relaciones de pareja también. Hasta aquí todos de acuerdo.

En lo que no concuerdo es la ponderación al "silencio" y "sigilo" que se hace en el artículo como si la posición contraria estuviera mal. Ni lo uno, ni lo otro.
Cada quien decide si oculta o no, y cualquiera de las dos decisiones son respetables.

Un abrazo,

Sir Williams

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo, caballero Sir Willy.Es una elección personal que cada uno y de acuerdo a sus ideas y/o circunstancias, toma. En absoluto está mal tu postura, es más, como ya te dije, es una actitud muy valiente.
Un enorme abrazo.
Pit

Vitabar dijo...

Veo las cosas de igual manera que vos, Fer, al menos teoricamente. Claro que el tema del sigilo, de las cosas ocultas de la vida de cada quien etc. vienen enparentadas con una palabra con connotaciones menos gratas:infidelidad.
No es que yo piense que la fidelidad es un valor sacrosanto ni nada por el estilo, pero una cosa es "ocultarle al mundo" que uno es un spanko y otra cosa es ocultarle a mi mujer con quien voy a jugar esta noche.
Lo he hecho y seguramente lo vuelva a hacer (porque como ya he dicho estoy de acuerdo contigo) pero a veces deja un gustito un poco amargo.

amigospanko dijo...

Yo creo que no es muy sano arrastrar culpas por la infidelidad, aunque mi post era algo más amplio que el ámbito de la pareja tradicional, aunque probablemente sea inevitable. El spanko al final es alguien a quien se le aplica la fábula del escorpión y la rana (o sapo), pero mi idea es que el sigilo no siempre es malo.
La Fabula del Escorpión y el Sapo

Un sapo se encontraba disfrutando de las delicias de una mañana en la selva después de una tormenta. De pronto vio a uno de esos venenosos escorpiones que en el margen del río luchaba por pasar a la otra orilla. La cara le parecía conocida, pero no reparó en ello. Lo que le importaba era que el otro animal se encontraba en peligro y podía ayudarlo:

-¿Podrías dejarme subirme encima de ti para pasar el río? El agua sube constantemente y en cualquier momento la crecida pudiera llevarme­.

El escorpión imploraba, el sapo respondió con la sabiduría ganada en otras ocasiones:

-Si te ayudo vas a clavar en mi espalda tu aguijón y me ocasionarás la muerte…

“¿Cómo crees? Respondió el otro ­”si te mato yo también moriría en semejante intento”.

Ante la filosofía de la supervivencia, el Sapo creyó sensato lo que decía el ponzoñoso y lo cargó sobre su lomo. En medio del río, el escorpión incumplió su promesa y clavó su espada venenosa en la espalda del Sapo. El noble batracio que se había prestado de barco para la inusual travesía le reprochó al escorpión su deslealtad: “Pero… ahora moriremos los dos…” casi suspiró, mientras el veneno del agresor irremediablemente cegaba su vida. “Lo siento Sapo, … no pude evitarlo,… es mi naturaleza.” respondió el escorpión que ya había comenzado a tragar agua y estaba a punto de caer a las profundidades del río.