domingo, 12 de octubre de 2008

El cuerpo. De las posturas a las instituciones a partir de una práctica alternativa.[1]

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¿Cuántos son muchos, pocos o demasiados?


Autor: anitaK[SW]


Como decía el gran cantautor uruguayo Alfredo Zitarrosa: “yo pregunto a los presentes, si se han puesto a pensar…”. Porque yo sí lo he pensado y me he hecho esta pregunta muchas veces con respecto a la vida de los spankos.


En algún momento de nuestras vidas descubrimos que somos spankos y que nos gusta alguno de los roles: spankee, Spanker, switch… Y es allí que la mayoría de nosotros decide hacer esa fantasía realidad y a veces lo logra, ya sea gracias a una novia o una prima que nos celebra unos azotitos en sus nalgas, o algún primo o novio al que provocamos para recibir alguna nalgada. Si eso no sucede, esperamos la llegada de ese spanko que complemente nuestra fantasía. A veces se da, a veces no. Pero hoy quiero hablar de cuando sí se da.


Quizás esté equivocada pero estoy convencida que el Spanking, una vez que lo probamos, se nos convierte en vicio. Es decir, no sabemos vivir sin él: se nos hace básico, imprescindible, esencial. Y allí comienza el verdadero “calvario”.


Les recuerdo que hablo de las personas que no tienen una pareja spanko estable y que se ven en la necesidad de salir a buscar con quién jugar. Visitan grupos, tratan de hacerse notar para que alguien se ponga en comunicación con ellos, o se mantienen en el anonimato por diversos motivos, pero siempre acechando en busca de un compañero de juego que lo complemente.


Los que tienen suerte, encuentran para jugar una vez luego de un tiempo de conversaciones, de algún encuentro en directo, de ver que sí hay “química” con el otro y que se puede confiar en él. Pero ese encuentro quizás se de una vez, y aunque todo quede bien, pasa que no siempre podemos coordinar con la frecuencia que quisiéramos. Puede ser por la distancia, por los horarios de trabajo, por la familia o por mil circunstancias más. Entonces repetir ese encuentro se hace difícil. Eso hace que la búsqueda comience otra vez y quizás se repita con la misma o seguramente con diferentes personas.


Si el spanko vive en una gran ciudad, quizás no tenga muchas opciones porque no conoce a mucha gente. Si vive en una ciudad pequeña, probablemente conozca a unos pocos o a nadie. Casi todos encontramos a nuestro compañero de juegos en otra ciudad. O en otro país, como es mi caso. A veces es fácil comunicarse, pero la mayoría del tiempo no es así.


Entonces… saltamos de un spanko a otro con la ilusión de que este sí sea el definitivo, pero casi nunca lo es. Así que miramos por un momento nuestro camino y contamos: uno, dos, cinco, veinte, cincuenta…


Entonces nos preguntamos… ¿cuántos Spankers o spankees son pocos, o muchos, o demasiados? ¿Cómo saberlo? ¿Quién lo puede decir? Yo creo que es una cuestión personal el decidir con quién se juega. Y que cada cual va a seguir buscando el compañero “ideal” hasta que encuentre uno que se ajuste a lo que desea o decida cesar su búsqueda y quedarse solo. También está la opción (para mí la más inteligente) de no buscar y simplemente esperar a que llegue; mientras tanto disfrutar al máximo de las compañías que se presentan.


Claro que si una mujer (aún hoy en día) decide elegir la última opción, corre el riesgo de que se la tilde de "promiscua”, “casquivana” o de tener “devaneos” con los hombres. Y lo más gracioso de todo esto, es que seguramente sea criticada por las otras mujeres, no por los hombres. Cosas de la vida spanka, ¿no?

martes, 7 de octubre de 2008

Hablan los spankos: Ale y Rafa

Rafa y yo somos una pareja venezolana. Nos conocimos por internet a finales de julio de 2007. Una semana después y casualmente el día del spanking, aunque no supimos que lo era sino hasta meses después, tuvimos nuestra primera sesión. Desde ese entonces nuestra relación ha ido evolucionando -eventualmente nos convertimos en amantes y luego en novios-, y hemos ido anexando otros gustos personales como el intercambio de poder y algunos aspectos del BDSM, de los cuales hemos ido dejando huellas a través del blog Spanking en Venezuela. Lamentablemente, ha tenido un periodo accidentado porque yo me vine a trabajar unos meses al exterior, pero en junio regreso a Venezuela y comenzarán otra vez los relatos de experiencias. Spanking en Venezuela comenzó como un blog para contar nuestras experiencias, pero con el tiempo el blog se fue transformando y se fueron anexando nuevos colaboradores: Caroll, Mellow, ElSpankee y Carelis.

1. ¿Qué significa para ti el spanking?

Cuando nosotros intercambiamos nuestros primeros correos, comentábamos que el spanking es un estilo de vida. No es un gusto, ni una afición, ni un hobby, al menos no para nosotros. Es algo que está en nuestras mentes constantemente, y es parte de nuestra vida como una adicción que no podemos dejar y que necesitamos cada día más. Tanto así que podemos fantasear en nuestra casa, caminando por la calle, atrapados en el tráfico e incluso durante en el trabajo. Cualquier elemento sugestivo puede hacernos evocar algo del spanking. No sabríamos cómo describirlo, simplemente es parte de nosotros y de nuestra personalidad.

2. ¿Cuál es tu nivel de experiencia, y el nivel de satisfacción de la que has tenido?

Rafa: He tenido buenas experiencias y experiencias regulares. Pero lo importante es que he tenido experiencias. Algo que me he dado cuenta es que no es tan sencillo como me parecía al principio porque cuando se habla de pegarle a una persona evidentemente es algo que se puede prestar mucho a interpretaciones y no es un tema fácil de abordar con una pareja. He conocido muchas spankos por internet que nunca han tenido la oportunidad de tener este tipo de experiencias por lo difícil que es encontrar a una persona con quién practicarlo, lo que me hace ser afortunado porque yo sí las he tenido y ese no es el común denominador. En cuanto a la satisfacción, el spanking es uno de los aspectos de mi vida más satisfactorios.

Ale: Mi experiencia con el spanking comenzó el 8 de agosto del año pasado cuando fue mi primer encuentro con Rafa, después de una semana de intercambiar correos y hablar por Messenger. A pesar de que han pasado siete meses. Sólo he tenido tres meses de experiencia porque he pasado cuatro en el exterior, aunque a partir de junio comenzará otra vez mi tormento ¿o será placer? A pesar de que ya había recibido nalgadas de mis ex novios, jamás es lo mismo que recibirlas de alguien que entienda exactamente qué es lo que buscas y que no se conmueva y se detenga aunque nos quejemos o le pidamos que pare. Desde que conocí a Rafa mi satisfacción ha sido total.

3. ¿Estarías dispuesta a invertir tu rol o papel? ¿Con chicas tal vez, o con chicos?

Rafa: No. Yo creo firmemente que los hombres son seres dominantes por naturaleza y las mujeres, sumisas. En mi opinión las mujeres han sido diseñadas genéticamente para recibir nalgadas, y los hombres para darlas, es así como los hombres suelen tener manos grandes y fuertes y las mujeres unas nalgas redondeadas que tienen la forma perfecta para recibir unos buenos azotes.

Ale: No, yo no me veo en rol de spanker, aunque no voy a negar que sí he fantaseado más de una vez con ser castigada por una mujer.

4. ¿Alguna vez te has planteado hacer spanking de forma profesional? ¿Estarías dispuesta?

Rafa: Realmente nunca me lo he planteado pero sin duda sería algo interesante, aunque no creo que lo llegara a hacer. Pero si alguna vez se me presentara la oportunidad ¿Por qué no?

Ale: Con respecto a este tema tengo sentimientos encontrados… mi mente me dice que sí, e incluso e fantaseado con ellos, pero dudo que realmente lo haría.


5. ¿Roles o realidad?

Todos los aspectos del spanking nos gustan, pero sin duda alguna para nosotros el spanking disciplinario y la disciplina doméstica es lo que nos mueve. El hecho de que el castigo sea consecuencia de una falta real es súper excitante. Sin embargo, si decidimos asumir roles, disfrazarnos y jugar lo vamos a disfrutar igual.

6. ¿Cuándo sentiste por primera vez el deseo de ser azotada/azotar?

Rafa: No recuerdo el no haber tenido ese sentimiento.

Ale: A mí nunca me pegaron. Sin embargo, la primera vez que vi una escena de spanking fue a los tres años viendo la película de Disney Pinocho y desde entonces el spanking ha rondado mi mente durante los 20 que le han seguido, y probablemente lo seguirá haciendo el resto de mi vida.

7. ¿Consideras algún momento de la azotaina como clave para tus sensaciones internas?

Rafa: No sé, no creo que sea un momento sino ciertos momentos especiales como cuando las lágrimas de mi spankee ruedan por su cara, el momento en que me saco el cinturón, cuando envío a la chica a la esquina, el momento de la primera nalgada y el momento en que me piden perdón.

Ale: Sin duda alguna, para mí el momento clave es cuando está a punto de comenzar el castigo. Los regaños, las miradas, todos y cada uno de los movimientos de mi spanker antes de que comience el castigo son inigualables. Ver o escuchar cómo se saca el cinturón, lo dobla y lo hace sonar provoca en mí sensaciones indescriptibles.

8. ¿Tienes alguna posición o instrumento fetiche, dentro de una sesión?

Rafa: Mi instrumento favorito es la correa, inclinada sobre algo. Pero evidentemente la posición OTK es algo que no puede faltar en ninguna sesión.

Ale: No sé si es porque de tanto usarla ya me está empezando a gustar, pero supongo que generalmente fantaseo con la correa, o más que con la correa con instrumentos de cuero como el razor strap que usa Dallas en alguno de sus videos, aunque nunca lo hemos usado. Al igual que Rafa, y creo que todos los spankos, el OTK es esencial para el desarrollo de un castigo. Sin embargo, últimamente he fantaseado mucho con una posición que he visto en fotos y videos: tras una silla con las manos en el asiento.

9. ¿Para ti el spanking es un juego, una experiencia sexual completa en sí misma, o un preludio del sexo?

Es una pregunta difícil porque realmente no vemos el spanking como ninguna de esas tres opciones, para nosotros el spanking es simplemente spanking. Si tenemos que elegir entre alguna de ellas, supongo que sería una experiencia sexual en sí misma, porque al ser spanking disciplinario no puede ser un juego. Además, el spanking no siempre trae como consecuencia el sexo, puesto que si es el spanking en un castigo, el sexo es un premio y la experiencia en sí es satisfactoria haya o no haya sexo después. Naturalmente el spanking siempre tiene un efecto sexual inherente en sí mismo.

10. ¿Te has quedado con ganas de que te hiciese alguna pregunta, o quieres puntualizar algo?

Ale: Yo creo que el spanking tienen tantas interpretaciones como personas hay en el mundo. Todos lo vemos de una forma particular y por ende subjetiva y los gustos, límites y alternativas varían de acuerdo a la pareja de spanking. Me parece excelente esta iniciativa de Fer y Cometospk porque a través de ella podemos conocer cómo ven las otras personas el spanking, Gracias a ambos por este regalo y por haber pensado en Rafa y en mí para contestarlas.


Rafa y Alejandra