sábado, 27 de febrero de 2016

Nos están mirando



Los últimos meses han sido algo frustrantes, distancia, tensiones y nuestros juegos sexuales casi inexistentes, incluso nos llegamos a plantear si seguir con nuestra relación.
Rutina, dijo Él, eso es lo que está acabando con lo nuestro y tengo la solución. En ese momento no estaba de acuerdo con Él, pero me dejé llevar y escuché sus propuestas, entre las que se encontraba asistir a una “fiesta”.
Habíamos hablado alguna vez de ir a uno de esos encuentros bdsm que anuncian en internet, en los que tienen un rinconcito para los spankos , aunque  yo por dentro tenía mis dudas y rogaba que se le quitase de la mente esa idea tan absurda, pero en dos semanas se celebraba un encuentro y decidí espantar todos mis prejuicios, así que  allí nos plantamos los dos.
Cuando entramos nos sorprendió la cantidad de gente que había. No fue difícil romper el hielo por lo que poco a poco empecé a sentirme cómoda. En las distintas estancias podías contemplar diferentes juegos o ser partícipe de ellos. Después de ver una muestra de shibari, decidimos ir a la sala spank. Cuando llegamos, Él me hizo un gesto para que prestase atención al cartel junto a la puerta, allí se encontraban inscritos los nicks de las parejas participantes y allí estaban también los nuestros. Un abochornamiento como nunca antes había sentido se apoderó de mi, y hubiera salido corriendo de no ser porque mi cuerpo se encontraba totalmente paralizado, ¿de vergüenza?, ¿miedo? ¿emoción? ¿todo a la vez?
Cuando entramos el show ya había comenzado, un spanker nalgeaba a su pareja. Ambos se lo tomaban con humor, reían, hacían algún comentario, él le acariciaba las nalgas cada dos o tres azotitos.
La siguiente pareja fue presentada como matrimonio, ella era la spanker y aquella señora azotaba bastante duro, miré a la spankee ruiseña de antes, los miraba boquiabierta, yo creo que pensaba que si en esa situación hubiese sido ella la spankee, no le hubieran quedado ningunas ganas de bromear.
Llegó nuestro turno, el me cogió de la mano y nos dirigimos al centro de la sala, mientras el resto de parejas aplaudían. Yo no levantaba la cabeza del suelo y me dejé llevar con la respiración contenida
Mientras me acomodaba en sus rodillas, no sabía que esperar de mi misma, ni de cómo iba a reaccionar. ¿Huiría en mitad de la escena?, ¿Mostraría alguna emoción? No suelo ser explícita cuando la tensión se apodera de mi, pero dos fuertes azotes me sacaron de mis pensamientos, y me dieron a entender  que no iba a ser una zurra ligerita.
En el primer minuto traté de guardar la compostura y no perder las formas. Era una sensación loca, difícil de describir y más cuando me di cuenta de que ahora sí, me estaba quejando y mostrándome tal como lo hacía en casa.
Al terminar nuestro show, nos miramos a los ojos serenos y cómplices. Ambos teníamos una sonrisita tonta que no desaparecía de nuestras caras, no necesitábamos decir nada, todo fluía.
Ahora que han pasado unos días y he pensado mucho en todo esto, puedo describir la experiencia como maravillosa, intensa, extraña, asombrosa…
Tengo que reconocer que Él tenía razón, la rutina se había apoderado de nosotros, tanto, que hasta me había planteado dejar mi lado spankee.
Ahora tenemos nuevos proyectos, nuevas aventuras que sé, nos van a conectar aún más, que van a fortalecer nuestra relación y soy feliz de volver a sentirme spankee.




Autor: marita


sábado, 20 de febrero de 2016

Esta noche soñando... imaginando

Autor Fer:
Noche de viernes. Muchos van de cena, tal vez luego de fiesta, otros aprovechan para descansar y en la ciudad ya tranquila, de madrugada, en su habitación aún de niña la chica "spankee dentro del armario" evoca pensamientos y sueños que calientan el invierno.


viernes, 19 de febrero de 2016

Intercambio

Necesito más dolor que la mayoría, adoro que el dolor físico se mezcle con el placer de mi orgasmo. Me gusta sentir mi labio palpitar afligido, gracias a esa bofetada, y he tenido que rogarte que me devolvieras el aire dejando de oprimir mi garganta.
El sudor de mi cuerpo es culpa tuya y no puedo evitar que  las lágrimas recorran mi cara cuando me tiras con fuerza del pelo y me susurras al oído que soy de tu propiedad.
Deseo la piel de mis muñecas y tobillos irritada, mis pezones buscan de nuevo tus mordiscos, y ya gozo de esos moratones recién nacidos que se tornaran oscuros mañana.
Mis muslos claman doloridos por este desenfreno, tus dedos vuelven a convulsionar mi clítoris y ahora me ofreces el frescor de tu semen sobre mis nalgas moradas.
Después, caemos agotados, sin poder apartar la mirada el uno del otro. Ha sido un intercambio sincero, tu placer ha sido el mio y nuestras almas por el momento, están sanadas.







Autor: Marita Correa


martes, 16 de febrero de 2016

domingo, 14 de febrero de 2016

Día de San Valentín

Autor: Fer

Más allá del carácter comercial que tiene este día, para muchos spankos es importante combinar el spanking con el amor. Es algo que no siempre ocurre, sin embargo cuando pasa es muy bueno.
¿Te está ocurriendo hoy a ti? ¿Te gustaría que te pasase? Cuéntanos tu experiencia.

Si no lo son, podrían serlo









Autor: Fer

Miranda Kerr, modelo de Victoria Secret. Australiana ¿surfista en su primera juventud? con esa mirada desafiante y esa perfecta popa...

martes, 9 de febrero de 2016

El aftercare del spanker

spankrol
¿Cuántas veces la mano del spanker queda como la de la fotografía? Roja, ardiente y dolorida.
Solemos hablar de los cuidados de la spankee después de un castigo, ¿pero nos hemos parado a pensar que nuestro spanker, también necesita unos mimos después de tan dura tarea?
Así que si queremos que las manos de nuestro compañero de juegos sigan en forma, más nos vale que las cuidemos un poco más y de vez en cuando les prestemos más atención a ellas,  que a nuestro culo.

Empezaremos tomando la mano que nos ha proporcionado la zurra, la refrescaremos con cremita, la cantidad exacta, que no nos quede pringosa, y la extenderemos hasta la muñeca e incluso el codo, todo ello despacito, sin ninguna prisa.
Sujetamos la palma de sus manos con las nuestras, y presionamos nuestros pulgares suavemente contra su palma, haciendo pequeños círculos de abajo hacia arriba.
Después nuestro dedo índice recorrerá los tendones del dorso de su mano, acabando con suavidad entre la piel de sus dedos.
Seguidamente utilizaremos los nuestros a modo de anillo, y recorreremos los suyos, uno a uno, estirándolos y apretándolos suavemente. 
Ahora es el momento de besar las palmas de sus manos y presionar con nuestros labios las puntas de sus dedos, nuestra lengua también puede jugar con ellos.
Continuamos con su otra mano
Terminado el masaje de ambas, las colocaremos sobre nuestros pechos y las guiaremos por un recorrido circular, haciendo que sientan bien nuestros pezones. Para comprobar que el masaje está siendo efectivo y que sus manos están desestresadas y ligeras, le pediremos que ahora sea él, el que masajee nuestros pechos.
Después de esto... Bueno, después de esto, pienso que nuestro spanker requerirá nuestros mimos y cuidados en otra zona de su cuerpo.
Que lo disfruteis!




Autor: Marita Correa


lunes, 8 de febrero de 2016

¡Hemos vuelto!

Autor Fer:

Después de meses y meses con el blog atacado por un asqueroso virus, gracias a los esfuerzos y desvelos de muchas personas a las cuales desde aquí agradezco, se ha reestablecido nuestro blog.
En breve tendréis noticias nuestras y esperamos que vuelva la alegría de los azotes del blog decano en lengua española.
Gracias a todos por estar ahí, esperamos contar como siempre con vuestra confianza y amistad.
Todas las sugerencias que nos hagáis serán muy bien recibidas.